Marcos Orellana, relator especial de la ONU sobre sustancias tóxicas y derechos humanos, presentó este viernes un informe a la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde afirmó que “los Estados y las empresas siguen llegando a regiones cada vez más remotas, en busca de metales, minerales y combustibles fósiles, dejando un legado de contaminación y vertimiento de sustancias peligrosas”.
De acuerdo al experto independiente, los pueblos indígenas expuestos a sustancias peligrosas sufren una forma de violencia ambiental que causa muertes y pone en peligro vidas debido a la pérdida de fuentes de alimentos y plantas medicinales, entre otros daños. Una situación que obliga a estas aldeas a desplazarse.
Fuente/Mundiario/MásInformacionaqui