Se oyen al fondo gotas de lluvia y la madera de una fogata que se quema lentamente. En el centro de la grabación, de 1995, está la voz de Enokakuiodo, o Oscar Romualdo Román Jitdutjaaño, un hombre mayor y miembro de la cultura Murui en el Amazonas colombiano. “Entonces, ¿dónde no hay sal? En todo hay”, dice su voz pausada, pero en su lengua: “meita nɨnomo ɨaizaɨ iñe naana ite”. Ese ingrediente, explica en una grabación que se titula Discurso de la sal, no es solo un mineral sino que es la fecundidad, la abundancia, un elemento central en la creación. “Nosotros también fuimos condimentados”, añade al decir “kaɨ daaje izoi jaɨkuiñogakaɨ”. “Hablamos con su palabra, con palabra de sal, con palabra amorosa”, continúa, en murui, sobre ɨaizaɨ, la palabra para decir sal, o más bien dijo “Afemɨe uaido uuritɨkaɨ ɨai’uaido kaɨma uaido”.
Fuente/ElPais/MásInformacionaqui