Hoy, 25 de noviembre de 2020, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC), ratifica su compromiso de seguir avanzando en la implementación del Plan de Acción de Iberoamérica para la implementación de los derechos de los pueblos indígenas adoptada en la XXVI Cumbre Iberoamericana Jefes de Estado y de Gobierno, principalmente en su objetivo cuarto correspondiente a visibilizar y fortalecer la participación plena y efectiva de las mujeres indígenas en la generación de políticas públicas dirigidas a la especial atención y prevención de las diversas formas de violencias de las que son víctimas.
Asimismo, a través de este objetivo del Plan de Acción se busca avanzar en la creación de programas nacionales con capacidad técnica y presupuestaria para atender de manera especial políticas de prevención y atención a las diversas violaciones de derechos que sufren las mujeres indígenas (racismo, discriminación, criminalización, trata de personas, despojo territorial, desplazamiento forzados, explotación laboral, falta de acceso a la justicia); y la promoción de mecanismos que generen datos estadísticos desagregados por género, identidad cultural y etaria.
Las mujeres indígenas enfrentan muchos problemas, son discriminadas y están lejos de vivir en condiciones de igualdad, como la gran mayoría de las mujeres del mundo. En general, en la inmensa mayoría de los documentos y estudios sobre pueblos y mujeres indígenas se hace énfasis en estos aspectos, sus carencias materiales y de derechos, lo cual, es real y debe atenderse con decisión. Pero por encima de ello, las mujeres indígenas tienen una enorme gama de valores y capacidades, ampliamente demostradas en la práctica, las cuales merecen ser visibilizadas, reconocidas y apoyadas.
Tanto en la revitalización de conocimientos tradicionales, en la conservación y trasmisión de los idiomas indígenas, en la coordinación de las acciones de autocuidado individuales y colectivos, como en la aplicación de la medicina tradicional ancestral, las mujeres indígenas son esenciales para la realización de estas actividades. En la mayor parte de los casos actúan en el marco de las acciones comunitarias colectivas, pero en algunas ocasiones lo hacen a través de organizaciones conformadas en su totalidad por mujeres indígenas. Por ambas vías, las mujeres indígenas han mostrado propuestas e iniciativas apoyadas en sus propios saberes ancestrales y dinámicas comunitarias para hacerle frente a las consecuencias de la pandemia COVID-19.
Para el FILAC, es indispensable el respeto a los derechos de participación y consulta de las mujeres indígenas reconocidos internacionalmente y cómo se menciona en el lema “nada sobre nosotras sin nosotras”, deben diseñarse o en su caso evaluarse, las medidas administrativas, legislativas y de políticas públicas que adopten los estados contando con el pleno involucramiento de las mujeres indígenas.
Consideramos importante el fortalecimiento de las condiciones políticas, sociales y económicos que a las mujeres indígenas les permita organizarse, capacitarse y desarrollar sus planes de acción para hacer efectivos sus derechos individuales y colectivos. Entre otros aspectos, deben apoyarse los procesos de autodesarrollo, los ámbitos de participación y propuesta ya existentes, así como fortalecer su capacidad de diálogo con instituciones estatales y organismos internacionales.
De igual manera, es necesario y de manera urgente, la implementación de estrategias de prevención y erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres indígenas, incluyendo la formulación y aplicación de políticas, planes de acción nacionales y globales que incorporen la propia visión indígena sobre la temática.
Como expresa la anterior Relatora Especial sobre Derechos de los Pueblos Indígenas: “Para proteger los derechos de las mujeres indígenas se necesita tanto un cambio de paradigma como la formulación de un enfoque multidimensional”