Felipe Quispe Huanca se ganó el título simbólico de “Mallku” (cóndor en Aymara) que entre los pueblos andinos de Bolivia es quizá el de mayor respeto. No hubo ni hay otro Mallku. Es él.
Hoy emprendió vuelo al Apu mayor (deidad), el Illampu (montaña en la cordillera Real de Bolivia), cerca de Ajllata, la comunidad donde nació un 22 de agosto de 1942 en la provincia Omasuyos. De ahí son también los Ponchos Rojos, autoridades aymaras rebeldes.
El Mallku fue figura clave en la política e historia bolivianas para cambiar su rumbo, para mostrar, en definitiva, la cara indígena de una Bolivia que prefería mostrarse, cuando mucho, mestiza. Militó desde muy joven con el movimiento indianista en contra de lo que la tradición obrera dictaba en ese entonces. A principios de los 90 ampliaba su discurso y su accionar. Y para la inauguración del siglo XXI su presencia fue fundamental sentando firme y definitivamente la impronta indígena en la sociedad boliviana.
Hay hombres que pasan en la vida de las naciones. El Mallku voló por encima de ella, con una dignidad a prueba de todo. Fallece en un momento en que se enfilaba a poner en claro su caudal electoral en el departamento más Aymara del país.
Alas y buen viento, Hermano Felipe.
¡Jallalla Mallku!