De acuerdo con el relato histórico hegemónico, Uruguay es un país sin indígenas. La historia oficial nos enseña que los pueblos que sobrevivieron a las campañas españolas y portuguesas durante el período de la colonia fueron acabados en la matanza de Salsipuedes de 1831, una emboscada diseñada por el entonces presidente, Fructuoso Rivera, y ejecutada por su sobrino Bernabé, al inicio de la vida independiente del Estado-nación. El cierre trágico de esta narrativa, con la que se pone fin al problema indígena de Uruguay, suele ser la historia sobre los “últimos charrúas” Vaimaca Perú, Senaqué, Tacuabé y Guyunusa, sobrevivientes de Salsipuedes que fueron llevados a Francia para ser exhibidos como salvajes. En función de este relato histórico y siguiendo a Rodríguez y Michelena (2018), Uruguay suele presentarse como un país excepcional, ajeno al problema de la cuestión indígena de América Latina, alimentando el mito colectivo de un país formado por inmigrantes europeos, sin indios.
Fuente/La Diaria/Más información aquí