Coronavirus. Pueblos originarios denuncian maltratos a infectados

El Comercio.- Desde el Consejo están tramitando ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (Inai) que los apoye para visibilizar lo que está pasando: “La ley dice que debe estar al lado de las comunidades, pedimos que busque la manera de resolver”. Los caciques apuntan que en estos meses no recibieron barbijos y alcohol en gel para la prevención del Covid 19; dicen que en la zona los barbijos se venden “entre $200 y $300”.

Las comunidades originarias del oeste de Formosa están en alerta porque, aseguran, son mal tratados y reprimidos frente a los brotes de casos de coronavirus. Piden que el gobernador Gildo Insfrán intervenga y plantean al ministro de Gobierno, Jorge González, que busque una solución porque “médicos y policías son violentos y agresivos” con quienes dan positivos en los hisopados de Covid-19. LA NACIÓN intentó, sin éxito, contar con la palabra de los funcionarios provinciales.

Jorge Palomo, integrante del Consejo Consultivo y Participativo de los Pueblos Indígenas de la República Argentina por la región NEA (Chaco, Formosa y Corrientes), dice a LA NACION que hablaron con el intendente del lugar pero “dice que no puede hacer nada porque el tema es provincial”. Sostiene que con el ministro González intentan contactarse “pero es imposible”.

Subraya que la gente está con temor por la forma en que se realizan “irrupciones” nocturnas en las casas: “Llegan a las casas y se llevan a quienes tienen contacto directo con los casos positivos. Esto genera un ambiente violento. No estamos en desacuerdo con los hisopados y los controles, sino con la forma. Incluso con el trato de menores o de gente grande que ni siquiera sabemos a dónde los trasladan. A los que no son indígenas los hisopan durante el día, pero con nosotros es más de noche”.

Palomo señala que también hay policías que están haciendo hisopados y “gente que no sabemos si están preparadas”. Asegura que no tienen datos de cuántos pobladores originarios están infectados y cuántos están aislados; “es una zona amplia”. Los caciques y pastores piden precisiones sobre dónde están internados y piden “diálogo e información”. “No estamos en contra de los hisopados, sino en cómo nos tratan”, agrega.

Desde el Consejo están tramitando ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (Inai) que los apoye para visibilizar lo que está pasando: “La ley dice que debe estar al lado de las comunidades, pedimos que busque la manera de resolver”. Los caciques apuntan que en estos meses no recibieron barbijos y alcohol en gel para la prevención del Covid 19; dicen que en la zona los barbijos se venden “entre $200 y $300”.

Francisco Méndez, cacique wichi de la comunidad La Esperanza de departamento Matacos en el oeste formoseño, ratifica que hay interrupciones a “cualquier hora” y “malos tratos”. Pidió al gobernador Insfrán y al ministro de Gobierno que los escuchen. “No somos delincuentes, no somos traficantes para que nos saquen de las casas y nos lleven sin importar que no de positivo el hisopado. Estamos sufriendo todos”.

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El cacique y pastor evangélico Abel Saravia de la comunidad wichi Pampa de Las Lomitas pasó el 25 de diciembre en otra localidad y después fue a Ingeniero Juárez. Al llegar a su casa con su mujer lo esperaba una ambulancia y la Policía. “Era para hisoparme por haber transitado en zona de alerta. No me indicaron cuándo iban a estar los resultados”. El comisario Juan Carlos Cancio, titular de la Unidad Regional 5, le explicó que podrían estar a las 48 o 72 horas.

Sin embargo, a medianoche -según su relato- aparecieron dos patrulleros y una ambulancia. “De manera violenta y forzada nos sacaron de la casa; en la ambulancia me tomaron la temperatura y me dijeron que tenía. Eran agresivos y violentos, así nos trataron”. Los llevaron a la ciudad de Formosa, a 300 kilómetros, y los internaron en el hospital del Estadio Bicentenario.

“Está bien que nos internen si tenemos Covid, pero no pueden tratarnos como lo hacen.Son violentos con los pueblos indígenas, nos viven persiguiendo”, indica Saravia, quien reconoce que hace nueve años tiene problemas porque lo acusan de usurpar un “terreno ancestral que nos pertenece”.

Los reclamos se van expandiendo entre distintas comunidades; los relatos se asemejan unos con otros. Desde el pueblo Pilaga, en la comunidad Campo del Cielo, el cacique Delfín García pide a los dirigentes de las diferentes etnias -wichi, toba y pilagá- que organicen una reunión y pidan un encuentro con Insfrán para que “termine la discriminación”.

Fuente: La Nación.

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Ultima actualización: 13 enero, 2021

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