En el marco de la XI Asamblea Regional de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), se realizó este martes 3 de noviembre el panel «Desigualdades, inclusión y educación: interseccionalidades«, con el objetivo de reflexionar a propósito de las desigualdades como nudo central de la educación en América Latina y el Caribe, mirar las nuevas brechas que se abren en el actual contexto de la pandemia y la post pandemia y que además profundizan las discriminaciones históricas de nuestra región.
El conversatorio buscó también pensar caminos y propuestas desde una mirada interseccional. Es así que el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC), a través de Libertad Pinto, analista del Observatorio Regional de los Derechos de los Pueblos Indígenas del FILAC, abordó el tema “Pandemia y Desigualdad: El Derecho a la Educación de los Pueblos Indígenas en la Región”.
En esta oportunidad, Libertad Pinto resaltó que, si antes de la Pandemia los países de la región ya tenían serias dificultades para atender con pertinencia y calidad a la población indígena y afrodescendiente, en este momento, además de ser los que menos acceden a la educación a distancia por los problemas de conectividad, son también los más afectados en su derecho a una educación basada en su cultura y en su lengua originaria.
Desigualdad educativa empeorará con la pandemia de la Covid-19
En cuanto al tema educativo Pinto resaltó que la educación debería estar en el centro de la lucha contra la desigualdad. “La realidad es que, en términos generales, en las escuelas de la región no solo hay una extrema desigualdad educativa sino también de segregación social. Además, se prevé que la grave desigualdad educativa que documentamos empeorará con la pandemia de la COVID-19”
En mayo del presente año la UNESCO reportaba que más de mil millones de estudiantes en el mundo habían dejado de asistir a la escuela y desarrollar sus procesos educativos de manera presencial.
En América Latina y el Caribe, de acuerdo con el último informe de CEPAL/UNESCO, a la fecha son 165 millones de estudiantes de 29 países que no están asistiendo a la escuela de manera presencial. De los 33 países de la región, Nicaragua nunca cortó las clases presenciales y según este último informe, sólo dos de los otros 32 países han retornado a clases presenciales a nivel nacional: Uruguay y San Vicente y las Granadinas.
Pandemia y el derecho a la educación de los Pueblos indígenas
En estos momentos, UNICEF con el apoyo de FILAC se encuentra realizando un estudio sobre el impacto de la pandemia en el derecho a la educación de los Pueblos Indígenas, especialmente en lo relacionado con la Educación Intercultural Bilingüe.
Aunque el trabajo aún está en proceso, la analista del Observatorio Regional del FILAC adelantó algunos de los hallazgos que se han ido registrando, entre ellos: Los estudiantes indígenas acceden aún por debajo de los promedios nacionales en los niveles de inicial y secundaria. También tienen las tasas más altas de repitencia y deserción escolar. Los logros de aprendizaje son los más bajos, los estudiantes con lengua indígena obtienen resultados tres veces menores que sus pares de habla castellana.
Con relación a la pertinencia cultural destaca que, 17 países de la región cuentan con algunas políticas de atención pertinentes, con Educación Intercultural Bilingüe (EIB) en 14 de ellos, con Educación Bilingüe Intercultural (EIB) en Guatemala, con Etnoeducación en Colombia y Educación Indígena o Étnica en Brasil).
Es de resaltar que con la pandemia el acceso y la pertinencia han sufrido un retroceso notable. Por ejemplo, los que menos acceden a la educación a distancia son los estudiantes indígenas por la falta de electricidad e internet, entre otras causas.
Necesidad de cambios profundos
Pinto concluyó su intervención haciendo referencia a la afirmación del Relator Especial de la ONU “La pobreza no es sólo una cuestión de bajos ingresos, sino de desempoderamiento, de abuso institucional y social, y de discriminación. Erradicar la pobreza significa construir sociedades inclusivas que pasen de un enfoque caritativo a un enfoque de empoderamiento basado en los derechos».
Esta afirmación aplica claramente a la situación de los Pueblos indígenas: no se trata de “pobres” o “vulnerables”, sino de colectivos que han sido colocados en situación de pobreza y vulnerabilidad porque han sido desposeídos de sus tierras y sometidos a prácticas que durante siglos apuntaron a desaparecerlos como pueblos.
La pandemia ha demostrado que los pueblos y comunidades aún conservan un gran acervo cultural y social que, entre otras cosas, les ha permitido enfrentar con éxito varios de los desafíos provocados por el virus.
Combatir la desigualdad es crear condiciones para que los pueblos y comunidades puedan desarrollarse en base a sus propias culturas, valores y concepción del mundo. No es un problema de caridad sino de asegurar derechos. En ese camino, la educación es muy relevante, por lo cual, cualquier política de desarrollo con pertinencia cultural tiene que incluir un sistema educativo adecuado para ello.
Entre otros aspectos, debe avanzarse hacia modelos pedagógicos y formas de atención diferenciada de acuerdo con los escenarios socioculturales y lingüísticos actuales, con materiales educativos pertinentes en formato físico y digital interactivo en lenguas indígenas.
En este panel, moderado por Elisabeth Robert (Oxfam) y David Aruquipa (Campaña Boliviana por el Derechoa la Educación y Comité Directivo de la CLADE) también participaron Karina Batthyany (Secretaria General de CLACSO), Vernor Muñoz (Director de Políticas CME y Ex-Relator de la ONU sobre el DHE), Mónica Novillo (Coordinadora de la Red de Educación Popular entre Mujeres), Celeste Fernandes (Coordinadora de la Red de Educación Inclusiva), Handerson Joseph (Coordinador del Programa Fronteras Universidad de Amapá de Brasil) .