Con el objetivo de reflexionar sobre la situación actual de las mujeres rurales indígenas, con énfasis en las brechas que ellas enfrentan y avanzar en la construcción de una estrategia de empoderamiento económico de las mujeres indígenas rurales de Centroamérica y República Dominicana, se realizó hoy un taller virtual sobre esta temática, en la que participaron diferentes organizaciones indígenas de la región.
La actividad, organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se realizó en el marco del Decenio de la Agricultura Familiar y la construcción de los planes nacionales y subregionales para su implementación, a fin de impulsar las políticas de inclusión de la agricultura familiar, pueblos indígenas y comunidades rurales en los planes de respuesta a la emergencia y recuperación de la pandemia del Covid-19.
Durante su intervención, Dalí Ángel, Coordinada del Programa Mujeres y Jóvenes Indígenas, del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC) dio a conocer que no es posible analizar la situación económica de las mujeres indígenas si no se hace referencia a la misma con la tierra, el territorio y los recursos naturales. “Este vínculo incluye aspectos que van más allá de los aspectos socioeconómicos o políticos ya que incluye aspectos de su cosmovisión, historia colectiva y ancestral, sitios sagrados, rituales y la continuidad de la identidad de sus pueblos”.
En este contexto, “debemos resaltar la necesidad de comprender el empoderamiento de las mujeres indígenas como un proceso y no una actividad o proyecto, que incluye una dimensión individual, pero sobre todo colectiva y además debe partir del reconocimiento del poder que las propias mujeres ya poseen. No resulta efectivo sólo el acceso a recursos, poder tomar decisiones en un área, o incrementar las capacidades individuales. Es necesario pensar en el empoderamiento como un proceso donde están involucradas varias áreas interconectadas”, mencionó.
Covid-19 y Huracanes: Doble amenaza que enfrentan las mujeres indígenas
La semana pasada la Plataforma Regional Indígena frente al Covid-19 realizó una reunión con diferentes organizaciones de la región, donde se compartió que actualmente la región Centroamericana se encuentra atravesando dos situaciones, el impacto del Covid-19 y los huracanes Eta e Iota, lo cual pone en evidencia las limitaciones que tienen los pueblos indígenas con el resto de la población, donde las mujeres y la niñez están siendo muy afectadas.
Entre los impactos negativos mencionados en esta reunión, fueron la suspensión de los procesos comunitarios y/o gubernamentales en la recuperación de tierras; la suspensión de actividades comunitarias, y debido a algunos protocolos gubernamentales, hubo restricciones de ingreso y salida de los territorios, lo cual ocasionó la suspensión de servicios por ejemplo, en las comunidades que se dedican al turismo, así como el traslado de productos y mercancías.
Entre los aspectos positivos frente a esta situación, están: una mayor utilización de plantas medicinales, la efectividad de las auto medidas (protocolos indígenas), el intercambio de alimentos tradicionales entre las comunidades.
Hacia una reactivación económica holística
“Entre los principales ejes a considerar para la reactivación en los Pueblos Indígenas, compartidas por las organizaciones indígenas están el fortalecimiento de la producción agrícola y pecuaria, el fortalecimiento de capacidades para la transformación agrícola, el fortalecimiento del turismo comunitario, el derecho a la tierra y territorio como base fundamental para que haya condiciones y garantías de esta reactivación económica, el asegurar el tema de la conectividad en los territorios, el asegurar la infraestructura comunitaria, la construcción de casas comunales, casas recreativas y caminos; asegurar los servicios sociales como la educación, salud, vivienda y agua potable; y mecanismos de financiamiento a corto, mediano y largo plazo”.
Es importante concebir el empoderamiento de las mujeres indígenas como un proceso que incluye el reconocimiento del poder que las mujeres ya poseen y un cuestionamiento a las violencias estructurales que las marginan; facilitar recursos a las organizaciones de mujeres indígenas para impulsar procesos de empoderamiento in individuales y colectivos que abarquen varias dimensiones de la vida, apoyar las actividades económicas de las mujeres indígenas, contar con datos oficiales fiables desglosados en edades, sexo y pertenencia étnica así como el registro de experiencias, procesos y trayectoria de vida de las mujeres indígenas para identificar la consecución de los logros y el cumplimiento de los compromisos de los estados, entre otras acciones.