Los pueblos indígenas han enfrentado históricamente una serie de desafíos y dificultades que amenazan su existencia y cultura. Uno de los problemas más urgentes que enfrentan actualmente es el desplazamiento forzado consecuencia del incremento significativo de la violencia asociada con el crimen organizado. Sus pueblos, debido a su ubicación en regiones ricas en recursos naturales y a menudo alejadas de las ciudades, se han convertido en puntos de interés para grupos criminales y actores violentos que buscan ampliar su control territorial. Esta situación ha llevado a comunidades enteras a abandonar sus hogares para buscar refugio en áreas urbanas u otras comunidades indígenas generando una crisis humanitaria que afecta a miles y que, sin embargo, es ampliamente ignorada por el gobierno.
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