La construcción del gigantesco Tren Maya, que atravesará cinco estados del sureste de México, está levantando todo tipo de polvareda. Un panel independiente de juristas, científicos y ecologistas abrirá una investigación al controvertido proyecto ferroviario por violaciones ambientales.
Activistas y expertos consideran que la obra impacta ecosistemas sensibles, sitios históricos antiguos y los derechos de las comunidades indígenas y locales. Este tren recorrerá 1.500 km y unirá los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
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