Son tiempos revueltos en Ecuador. Dos crisis acechan al gobierno y al resto de la sociedad. El país vive una epidemia de violencia, motivada en parte por el aumento vertiginoso del narcotráfico. Tradicionalmente una ruta de tránsito de cocaína hacia Estados Unidos, se ha convertido en los últimos años en un centro de distribución en el que han desembarcado cárteles de Colombia y México, además de grupos locales. Las cárceles arden: en septiembre del año pasado, en Guayaquil, un amotinamiento en un penal terminó con 120 muertos. Hace unas semanas, luego de que el gobierno ordenara relocalizar un contingente de presos entre los que se encontraban cabecillas de bandas, estas respondieron con una decena de atentados encadenados en cuestión de horas. En Guayaquil y Esmeralda, una ciudad cerca de Colombia a la que apodan “la nueva Tijuana”, rige el estado de excepción, con toques de queda que comienzan a la medianoche. Ecuador lleva más de 3.600 muertes violentas en lo que va del año, un número tres veces mayor al de 2021, que terminó con 1.160 homicidios. Nunca el país tuvo una tasa de asesinatos tan alta.
Fuente/Cenital/MásInformacionaqui