Quienes alguna vez en su vida han pensado que atraviesan una situación difícil y piensan en darse por vencidos en cumplir un propósito, bastaría conocer alguna parte de la historia de Elvira García Rodríguez, una mujer indígena que de niña huyó de su hogar para evitar un matrimonio forzado, durmió en la calle, pasó días sin comer y sufrió constante discriminación. Hoy a más de una década, convertida en abogada, regresó a su localidad a luchar por el respeto de los derechos humanos y en busca de impulsar el desarrollo comunal.
Fuente/El Sol de Acapulco/MásInformacionaqui