Cuando los funcionarios del organismo encargado de la protección de las comunidades indígenas de Brasil se acercaron a la cabaña en medio de la selva amazónica, se confirmaron sus temores: estaban atestiguando la primera desaparición registrada de una tribu no contactada en la historia del país.
El hombre acostado en la hamaca, el último miembro de su pueblo, había muerto, y con él toda una cultura y las respuestas a miles de preguntas.
Fuente/NewYorkTimes/MásInformacionaqui